Los pensamientos negativos son distorsiones cognitivas que suelen ocasionar que la persona sufra periodos de depresión, ansiedad o cambios de humor negativos que no le permiten llevar su vida satisfactoriamente.
Nombrarlo con distancia: en lugar de decir “soy un fracaso”, decir “estoy teniendo el pensamiento de que soy un fracaso”.
Elegir una pequeña acción. Algo que se pueda hacer aunque el pensamiento siga ahí y diga lo contrario. Recordar que mis pensamientos no me definen sino que yo elijo actuar según lo que me importa es un cambio de mirada, es correrse de esta plan de que el pensamiento es la realidad.
Estos patrones se basan en vivencias, roles familiares y experiencias tempranas que actúan como un filtro con el que interpretamos el mundo.
Presta atención Muchas personas con pensamientos negativos se convierten en rehenes de la soledad. O se rodean de quienes también piensan negativamente, y juntos se degradan.
Los pensamientos negativos no son más que eso: construcciones mentales aleatorias desagradables, agitadoras y productoras de ansiedad, normalmente basadas en remordimientos del pasado o temores sobre el futuro.
Por eso, lo mejor que podemos hacer es replantear la thought que es objeto de nuestra rumiación, averiguar qué hay de verdad en nuestros pensamientos y desechar lo que nosotros solitos hemos creado en nuestra mente antes de empezar a buscar una solución.
Ya hemos mencionado que una persona con actitudes pesimistas ve el mundo en blanco y negro. Piensa en extremos, dividiendo a la gente en perdedores y ganadores, y al mundo entero en bueno y malo.
El pensamiento de todo o nada implica ver las situaciones en términos extremos, sin reconocer matices ni posibilidades intermedias.
El miedo al qué dirán es un tipo de pensamiento que todos hemos vivido. Es ese proceso psicológico que nos hace preocuparnos de si la gente nos mira con malos ojos por la forma con la que vamos vestidos o temor a que, al hablar en público, opinen que se nos da mal.
Lo vas a interpretar siempre según estos sesgos y esquemas que 10és y eso te va a generar conflictos o vas a terminar aislándote”, agrega Sivana.
Envejecer da miedo. Cada día se nos presentan nuevas pruebas de que ya no somos los mismos jóvenes de antes. Nos miramos en el espejo y sentimos que se nos escapan las oportunidades y que nuestras capacidades se ven comprometidas.
Practica la autocompasión y recuerda que todos cometemos fallos en ciertas ocasiones. Trabaja en cultivar una perspectiva más equilibrada y compasiva hacia ti mismo.
Hay días e incluso semanas en los pensamientos negativos que simplemente no nos sentimos felices. Quizá las cosas no van como queremos en nuestras vidas. O puede que simplemente sea inexplicable. La infelicidad se instala sobre nosotros como una nube oscura.